martes, 11 de diciembre de 2012

Por si algún día te apetece volver...

Mi bañera ya no llega a rebosar. La persiana se ha quedado a medio cerrar, y una brisa de aire frío irrumpe en mi habitación, siempre para molestar. El agua del grifo ni fría ni caliente, quién sabe a cuántos grados la has dejado... La copa siempre medio vacía, el alcohol ya no surge efecto, los cigarros siempre por terminar y el cenicero demasiado solitario. Un ramo de rosas marchitas en un jarrón a punto de estallar, un albornoz colgado a punto de caer, un amor a punto de echar a volar. Porque todo se ha quedado esperando desde que no estás. Esperándote, claro, como yo. Y ya no sé si reír o llorar, si dejar que alumbre o el sol o que venga una tormenta y me lleve contigo, donde quiera que estés; ya no sé si seguir intentándolo, hacer el 'STOP' que tengo enfrente, meter 4ª e ir a por todas o simplemente quedarme en punto muerto. ¿Qué, qué hago? ¿Qué es lo que quieres tú? Porque yo te quiero a ti, y quiero que me quieras; quiero quererte aún más, si es posible. Quiero quererte en mi cama, en el sofá, encima de la mesa, en el suelo del salón, en la ducha, en tu mundo, en nuestro mundo.

Si algún día te apetece tomar una copa, invitarme a un cigarro, o simplemente volver a verme, aquí estoy. Donde siempre, para el de siempre. La misma de siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario